El sol dueño de tu desierto derretía mis labios
un viento invisible a lo lejos llevaba mis pies
encontré tu iglesia mirando orgullosa una alpaca
en medio de las sombras de tus ancestros, reistes Toconao
tan engreido crecistes que fuistes dueño de tu oasis.
El dia peinaba de juventud en medio de rostro cansado
otra osadía sumaba a mi peregrinar en las alturas,
caminé ignorando el tiempo que caminaba cansino
senti la libertad profunda en mis ojos trotamundos.
No pude detener el sol que orgulloso vestía de gala
el destino apremiaba y solo en nuestras bocas cundió la sed.
Valle Jere se presentó en amplitud
la caminata fue en medio de membrillar y Chañares
otras yerbas y arboleda daban pinceladas a nuestras silueta.
Por fin la casacada saluda sonriente nuestros pasos
sin dudar danzamos en sus aguas inquietas al atardecer
las dunas nos miraban ansiosas y la cantera se ocultaba
Valle Jere, tus piedras exitaron mi visita y te robé semillas
tus membrillos se encondieron silenciosos en mi mochila
tu paisaje como sueños de acuarelas se internó peremne...
en mi loca carrera por tu desierto.
1 comentario:
linda el pagina de tus poesías...
soy una visita de tu poema, y me gusta muy tu forma de escribir
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