JOSE SARAMAGO

El mar con su brisa libre escucha tu silencio,
en el universo danzan las palabras con el sonido libre,
pusiste en la esfera el tinte propio de tu valentía,
en la pluma y el papel estaban las voces de los humildes,
el mundo letrado e iletrado estruja sus ojos de Niágara.
Tu sello fue una voz estruendosa decidida ... nunca claudicaste
la transparencia corría por tus venas
en tu alma
entera rodeaba el sentimiento solidario
fuiste la voz atrevida de los desposeídos, el aurea que mitigó
con tus finas y atrevidas letras, un grito de justicia.
Hoy tu gente se viste de negro, esperan tus cenizas
que seguirán pincelando el aroma de una paz verdadera,
junto a tu olivo en Lanzarote estará también un sesgo de ti.
Humildemente te digo, hermano de la palabra sincera,
mi mirada se pierde en tu país pero ahogo en mi garganta...
una espina de miel ante tu viaje al infinito
¡que maestría! en tu canto universal,
Nobel con letras de oro, valiente a rabiar
dejas un vacío físico en el universo
un nombre enmarcado de verdad pura,
denunciaste lo inhumano en el tiempo que danza indolente
¡desvestiste a Caín! ... te sumaste a los hombres con Mayúscula
te dejo mis verso en la humildad de mi ventana brotan de mis extrañas.
Maestro, tus palabras serán el bálsamo de miles indefensos,
que otros tan transparentes y osados como tú, quemen el hierro
del salvajismo y violencia que rodea la tierra herida.
Maestro, tu voz será el escudo de los valientes del planeta.

Ana Cuadra